Podría pasarme el resto de mi vida aquí, acostada en el húmedo pasto, en días de cielo azul con nubes blancas o grises, noches de luna llenas o noches en que las estrellas sean lo único que me iluminen. Con un sol que abrigue mi cuerpo o lluvias que limpien las lagrimas de mi soledad. Estaría aquí toda mi vida, sin mayor visión que el escaso horizonte a la altura del suelo, sin conocer más criaturas que las abejas recolectando polen o las hormigas en busca de comida, sin conocer más belleza que la de una simple flor silvestre. Sin tener mas conciencia que la de la tierra, el cielo, el sol, la luna, las estrellas y el recuerdo de tu imagen, que aunque cada día se hace mas borroso y confuso, el recuerdo de lo que provocaste en mi se intensifica con cada cambio de luna.
Que cada gota de lluvia purifique el sentimiento causado por ti, que cada amanecer y cada ocaso simulen esa noche que dijiste que me amabas, que cada estrella marque un beso tuyo, que cada flor silvestre me acaricie como tu, que cada abeja simbolice tu acto de amor, y que esta tierra que acaricio con las yemas de mis dedos sea la única que note el cese de mi existencia.
Mejor haber amado y perdido...
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