07 septiembre, 2007

el primer deseo...

Deseo uno: el deseo de desear.

Quería crear una historia que conmoviera al mundo. Que les hiciera reflexionar sobre ellos mismos, sobre la vida, sobre los sentimientos y sobre nuestros espíritus. Quería sentir haciendo a otros, sentir; vivir a través de la alegría y tristeza de otros. Quería conocer la vida, pero no abandonar la comodidad de mi silla, frente al computador, escribiendo, soñando, pensando, deseando que algo más ocurriera, algo que me motivara a moverme. Aun quiero todo eso, pero también quiero hablar, con simples palabras conmover, motivar. Quiero soñar y vivir, pensar y hablar, desear y tener. La hora de moverme se acercaba, pero yo encontraba la forma de atrasarla. Es mi hora de crear, es mi hora de conmover, es mi hora.
Me encuentro sin palabras frente a un computador deseando crear, en el ambiente hay un suave aroma a flores que me hace sentir intranquila, siento que algo debería recordar. Deseo que este aroma me traiga un recuerdo, para tener que decir. La música me da ganas de hablar, pero no puedo, porque la música tampoco me hace sentir, recordar... solo desear.
¿Pero que deseo? ¿Que es aquello que ansió de tal forma, que en tanta euforia ya he olvidado lo que es? El frió me hace tiritar, me siento incomoda en mi, en estos momentos deseo desaparecer de mi por un segundo, casi que deseo no existir para no desear desear. Me encuentro sin sentido en estos momentos, desocupada, sin trabajo ni estudio. Sin nada que hacer, sin gente que ver, sola en una habitación sin tener que leer, escribir, ver, escuchar.
El aroma se disipo, ya no están esas flores que me obligan a recordar, un recuerdo que ya he perdido. Mis manos frías no quieren trabajar, se sienten inútiles escribiendo para quien solo gasta palabras, palabras que no tiene sentido ni función. Palabras que se pierden, que ni yo soy capaz de retener y mantener, estas palabras se perderán en el recuerdo del olvido, en la función del desecho, en la maquinación de otras palabras que me reconforten.
Y mi mente trabaja junto con mi cuerpo para salvar las palabras que me quedan, esas que aun no se pierden, que aun tiene la esperanza de ser leídas, o tal vez escuchas en los odios de quien tiene un interés por palabras sin sentido que me esfuerzo en crear, para no olvidar que aun hay que hacer. Encontrar mi deseo, cuando lo tenga, cuando lo recupere del fondo de los pensamientos que lo guardan para no vivirlo y reflexionarlo, seguiré en el camino de la vida, que me ha dejado a un lado por no ser capaz de seguirle el paso. Pero cuando la alcance, ella me pedirá perdón por su traición, porque me deja de lado, por entregarme al olvido. Y así es como el me hace perder en mi mente mi deseo, que grita, llora por ser encontrado y cumplido, pero no logra salir de los pensamientos egoístas que no desean trabajar sobre el.
Y caigo en cuenta de que aun soy nada, nada que quiere ser algo, que por eso desea desear, para sentir para vivir y sufrir. El camino largo que me espera es tapado por la neblina, debo ir despacio para no perderlo, por que si pierdo mi camino, no alcanzare jamás la vida que me dejo botada.
Y siento tristeza. No agobiante ni torturante, mas bien melancólica tristeza, que me pide volver a viejos días de vida inalterable, incomprendida. Casi inútil y pequeña, si, pero vivida.
¿Será que deseo vivir? Si, es algo como eso, casi parecido, pero no en el término banal que se acostumbra a vivir. Quiero sentir más allá de la superficie de mi piel, quiero ir incluso mas allá de mi alma y ver la fibra del ser. Quiero ver más allá de mis ojos y saber que hay más que solo cuerpos y almas. ¿Hay más que cuerpos y almas? ¿Que espíritus?
Quizás estoy forzando los límites, pero eso es lo que nos lleva a encontrarnos, a sentirnos. Eso nos lleva a desear.
Comprendo a esos pensamientos egoístas que no querían dejar libre a mi deseo. Quiero enterrarlo, alejarlo de mi y no saber más del. Mas mi alma me reclama y mi espíritu se inquieta. Mis sentidos se detienen, mis pensamientos se pausan, mi mente se aleja, mi corazón se detiene.

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El primer deseo que escribi, no nacio como deseo, si no que se desarrollo como tal, y del nacen los demas. Tengo seis o siete ya escritos, me faltan algunos, pro ya cuales son. Hasta tengo un "epilogo".


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1 comentario:

Constanza Belén dijo...

Ya t lo dije, está bacán. Hay ejorado cabrita o es quizás que esto en cierta medida te motiva más. Es rico verte escribiendo esto, nosé, dice mucho de tí. T amo! y kero un autografo tuyoo!! Ahh!! t dije q soy la presidneta de tu club de fans?? y kero tener el primer ejemplar de tu libro y la primer firma :) Y obvio, foto y todo lo demás para ponerlo en mi blog y morir de la emoción. (:!